Emprendedor@s: Inclusión, Igualdad y Esfuerzo
Con esfuerzo y determinación se puede «sonreírle a la vida»
“La historia de perseverancia de una hija y madre que emprendió un sueño para dar mejor calidad de vida a sus hijos”
Como cada miércoles y sábado, Diario “El Cóndor” de Santa Cruz, sigue entregando a sus lectores una serie de reportajes, en las cuales pondremos a su disposición la temática ligada a los esforzados emprendedores y emprendedoras de la zona.
“Emprendedor@s: Inclusión, igualdad y esfuerzo”, se denomina el proyecto que nuestro medio de comunicación se adjudicó gracias al financiamiento del Fondo de Fomento de Medios de Comunicación Social del Gobierno de Chile y del Consejo Regional de O’Higgins.
Hoy les invitamos a conocer la historia de una esforzada mujer de la comuna de Palmilla.
Blanca Hermosina Guerrero Miranda es una mujer de 61 años, casada y madre de dos hijos, Richard y Pamela. Nacida y criada en Palmilla, su historia es una muestra de perseverancia, sacrificio y éxito en el mundo del emprendimiento.
Desde su niñez, Blanca vivió en una situación de extrema pobreza, siendo parte de una familia numerosa compuesta por su padre, su madre y nueve hermanos. Esta dura realidad fue la chispa que encendió en ella el deseo de luchar por una vida mejor, no solo para ella, sino para su futura familia. Quería evitar que sus hijos pasaran por las mismas penurias que ella vivió.
Una vez casada, y tras la llegada de sus hijos, Blanca decidió comenzar un emprendimiento para salir adelante. Esta decisión se vio reforzada cuando su esposo sufrió una grave enfermedad que lo mantuvo hospitalizado por un año en la ciudad de Concepción. Este episodio fue determinante para que Blanca buscara una forma de sostener a su familia de manera independiente.
En 1997, decidió comenzar a confeccionar empanadas caseras, vendiéndolas en la calle, en ferias y en distintos lugares. Este pequeño emprendimiento fue el inicio de lo que sería una trayectoria de éxito. Con el tiempo, su negocio creció, y pudo establecer su propia fábrica de empanadas y pasteles en Palmilla, específicamente en Luis Cruz Martínez 110, donde trabaja junto a su esposo, quien ya se había recuperado de su enfermedad.
Blanca siempre buscó maneras de expandir su negocio. Para lograrlo, solicitó un crédito bancario, lo que le permitió realizar una inversión significativa en su emprendimiento. En 2014, su esfuerzo fue recompensado cuando el Banco Estado la premiaba con una camioneta 0 kilómetro, reconociendo su solidez como clienta. Este premio le permitió aumentar su capacidad de producción y llegar con sus productos a otras comunas, como Nancagua, Peralillo y Santa Cruz.
En la actualidad, Blanca produce alrededor de 15.000 empanadas mensualmente, además de cientos de miles de pasteles y centenares de tortas en diferentes tamaños y diseños. Su fábrica ha crecido considerablemente, convirtiéndose en un referente local de la gastronomía en la región, y su nombre es sinónimo de calidad y esfuerzo.
Blanca Hermosina Guerrero Miranda es un ejemplo de cómo, con tenacidad y trabajo duro, se puede transformar la adversidad en una historia de éxito. Su emprendimiento no solo le ha permitido a ella y a su familia mejorar su calidad de vida, sino que también ha contribuido al desarrollo económico de su comunidad, llevando un pedazo de Palmilla a otros lugares cercanos.
A lo largo de su trayectoria como emprendedora, ha enfrentado desafíos significativos que han marcado profundamente su vida personal y profesional. Uno de los aspectos más difíciles, según nos cuenta, fue tener que dejar de lado a su familia, especialmente a sus hijos, durante los años en que estaba enfocada en hacer crecer su negocio. La dedicación al emprendimiento le costó momentos íntimos de crecimiento y desarrollo familiar, aquellos que se viven en la infancia y adolescencia de los hijos. Sin embargo, lo hacía con la esperanza de ofrecerles un mejor futuro, buscando brindarles estabilidad y oportunidades que ella misma no pudo tener en su juventud.
En estos últimos tiempos, la situación del negocio también ha sido complicada. Blanca menciona que, debido a la baja en las ventas de aproximadamente un 50% este año, se vio obligada a tomar decisiones difíciles, como prescindir de los servicios de seis trabajadores. Este tipo de decisiones le pesaron, pero como empresaria, entiende la importancia de adaptarse a las circunstancias económicas para sobrevivir.
A pesar de las dificultades, Blanca ha logrado mantenerse firme, con el apoyo de su fe y la convicción de que, con esfuerzo, es posible superar cualquier obstáculo. Es presidenta del sindicato de ferias libres de Santa Cruz, lo que demuestra su compromiso no solo con su negocio, sino con el desarrollo y apoyo de su comunidad emprendedora.
En lo personal, Blanca siente que ha cumplido muchas de sus metas y sueños, gracias a la ayuda de Dios. Sin embargo, también tiene una visión clara para el futuro de su negocio: desea seguir trabajando en el emprendimiento por un tiempo más, pero con la intención de luego entregar el negocio a otras personas para que continúen con el legado que ha creado.
Además, Blanca ha querido compartir su conocimiento y experiencia con las nuevas generaciones, ofreciendo espacios para que las alumnas de pastelería puedan realizar sus prácticas profesionales en su empresa. A través de esta iniciativa, no solo ayuda a jóvenes a adquirir habilidades en el rubro, sino que también deja un legado educativo en la comunidad.
A pesar de todas las dificultades, Blanca se considera feliz. Ha aprendido que con esfuerzo y determinación se puede «sonreírle a la vida», y esa actitud optimista es, sin duda, una de las claves de su éxito. Su historia es un testimonio de lucha, sacrificio y esperanza, una prueba viviente de que, con valentía y trabajo duro, es posible transformar los momentos difíciles en oportunidades para crecer y ayudar a los demás.
Si desea comprar sus productos puede visitarla en Luis Cruz Martínez 110, Palmilla o hacer sus consultas al fono: +56 9 8970 0333
